UTILIDADES DE UNA GORRA DE CICLISMO
Remontándonos al ciclismo clásico, en los tiempos de Eddy Merckx, Fausto Coppi, Jacques Anquetil, Bernard Hinault... la única protección del ciclista para cubrir la cabeza era la gorra. Un accesorio que ha quedado en un segundo plano tras la llegada de los cascos, pero en el que todavía encontramos muchas utilidades en la práctica del ciclismo.
La gorra de ciclismo vuelve con fuerza por su gran magnetismo estético entre los aficionados al ciclismo y por su polivalencia. Nos ayudará a protegernos del sol, del agua y del frío y además, absorberá el sudor de nuestras cabezas durante las salidas y entrenes.
La gorra de ciclismo se caracteriza por una visera más corta de lo habitual, la cual facilita la visión al ciclista e impide que el viento la levante en los momentos de máxima velocidad. Un accesorio francamente útil tanto en verano como en invierno.
En verano, la usaremos debajo del casco para protegernos de los rayos de sol que inciden en nuestra cabeza y que se filtran por las aberturas del casco. Contendrá nuestro sudor impidiendo que este gotee por la frente y llegue hasta nuestro ojos. Además, las gorras de ciclismo están confeccionadas con materiales de secado rápido y gran capacidad de absorción del sudor, cualidades esenciales en la práctica deportiva.
En invierno, la usaremos debajo del casco para protegernos del frío, viento y lluvia que también pudiera filtrarse por las aberturas del casco. La visera, en esta época del año, será muy útil para evitar que las gotas de lluvia y barro empañen nuestras gafas.
Más allá del accesorio por excelencia del ciclismo, en la actualidad, contamos otros complementos para proteger nuestra cabeza mientras pedaleamos encima de la bici:
- Cinta para la cabeza: Mantiene las orejas calientes, permite evacuar el sudor y tiene un buen ajuste y resistencia al viento en los descensos. Siendo el accesorio para la cabeza más ligero, protege desde la nuca hasta las orejas, aportando un extra de calor en días fríos.
- Gorro sotocasco: Cubre toda la cabeza hasta las orejas y la nuca. Es elástico, ligero y afelpado en su interior, tanto para las salidas invernales como para las bajadas en los días más fríos.
- Pasamontañas: Un accesorio multiposición. Según las necesidades del día o del momento, puedes llevarlo completamente subido para que cubra las orejas y boca y dejar solo al descubierto los ojos, o llevarlo bajado a modo de Braga. Afelpado en su interior, te aportará una capa adicional para protegerte del frío.
- Gorra con orejeras: Una variante de la gorra clásica muy práctica para los días de invierno. Con solapa cubre-orejas incorporada, mantiene el calor en toda la zona de orejas y nuca. Perfecta para los días más fríos y con mucho viento.
Más historias de interés:
Laissez un commentaire