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BADLANDS 2021
En colaboración con Ibai Fradejas (Embajador Gsport) y Fernando Márquez (CEO Gsport)
Las tierras baldías (Badlands) son un tipo de paisaje de características áridas y de litología rica en lutitas, extensamente erosionado por el agua y el viento, debido a la falta de vegetación. Un tipo de terreno donde abundan los cañones, barrancos, capuchas y otras formas geológicas increíbles. A menudo son difíciles de navegar a pie, nosotros lo hemos explorado en bicicleta.
Badlands (Transiberica) es el desafío de grava sin apoyo en el extremo de Europa. Una aventura para vivir, al menos, una vez en la vida si eres amante del Gravel en modo bikepacking inspeccionando montañas, desiertos y mar, siendo 100% autosuficiente.
La ruta tiene una longitud aproximada de 725 km + 15.000 m+ atraviesa algunos de los lugares más remotos y desafiantes de Europa: Hoya de Guadix, Desierto de Gorafe, Desierto de Tabernas, Parque Natural Cabo de Gata y el Parque Nacional de Sierra Nevada.
El 85% de la ruta es todoterreno. El desnivel acumulado y las temperaturas extremas son dos factores a considerar. Tras la salida en Granada la ruta se adentra en Sierra Nevada para posteriormente descender al Desierto de Gorafe, volver a ascender a más de 2.000m hasta Calar Alto, bajar de nuevo hasta la costa de Almería y terminar la aventura en Capileira. Todo ello, pasando del calor extremo del desierto a las temperaturas bajo 0ºC en Sierra Nevada.
En las pruebas de ultradistancia cada detalle cuenta. La ropa que usas, lo que eliges llevar dentro de las bolsas de viaje, los recambios, cómo planificar la nutrición y horas de descanso… cada elemento juega un papel muy importante. Sin embargo, a pesar de toda la preparación previa, nunca sabes lo que la aventura te deparará. Ésta es una de nuestras partes preferidas, la adrenalina que te hace engancharte a este tipo de pruebas y que te lleva a vivir experiencias únicas.
El día previo viajamos, junto a todo el equipo, hasta Granada para la recogida de dorsales. Las ganas y nervios se palpaban en el ambiente, aprovechamos para hablar con organizadores, recibir los últimos tips para el equipo de media y poner nuestras bicis a punto.
Día 1
El primer día de esta apasionante aventura amaneció despejado, intentamos levantarnos con tiempo para tomar el último desayuno en condiciones hasta nuestro regreso. Fruta, huevos, pan, cereales, yogurt… somos de la opinión que mejor empezar este tipo de retos con el estómago lleno. Nos dirigimos hacia la meta de salida para encontrarnos con viejos conocidos que hacía tiempo que no veíamos. Nos sorprendió y animó ver cara del panorama mundial, siempre es interesante conocer gente nueva y cambiar impresiones. A los poco minutos, era la hora prevista. ¡Comienza la cuenta atrás!
El ritmo de salida fue alto, como casi siempre en este tipo de pruebas, por muy raro que parezca. Por lo que el grupo pronto se dispersó. Una vez llegados al km 150, comienza el Desierto Gorafe, con un loop de 100km. Sabíamos que llegaba uno de los tramos más complicados. Sobre el mapa se planteaba difícil, zona con poca agua y sin pueblos. La idea original era realizarlo completo y descansar en el km 250. Pero el calor extremo, la falta de agua y el ritmo nos llevaron a sucumbir. Paramos antes de lo previsto a descansar, nos desviamos ligeramente de la ruta hasta un pueblo para ello.
La noche no fue especialmente fría pero recordamos cómo el viento nos impidió dormir del tirón. Tan apenas con 4 horas de sueño encima, iniciamos una nueva etapa.
Día 2
Nos despertamos junto a un campo de fútbol, desayunamos unos bollos junto a unos batidos de chocolate que conseguimos comprar la madrugada anterior en el bar donde cenamos, y comenzamos… llevamos 40km perdidos de la etapa 1 sobre nuestro planteamiento inicial. Decidimos replantearnos llegar al pueblo de Tabernas, siendo conscientes de que nos tocaría atravesar el desierto de Tabernas de noche, zona que Ibai ya conocía de un viaje anterior allá por 2017.
La segunda etapa fue especialmente dura, el cansancio y las horas encima de la bici empezaban a pasarnos factura. Parecía que el objetivo estaba cerca… comenzó a anochecer y solo nos quedaban 20km hasta Tabernas. Poco kilómetros que se nos hicieron eternos. Los tramos no ciclables sumados a la profunda oscuridad en la que nos encontrábamos hacían que nuestra motivación se disipase. Finalmente llegamos a las 2:00 am a Tabernas realmente agotados.
Día 3 El tercer día de etapa amanecimos sabiendo que llegaríamos por fin al ansiado mar (y sus calamares). Las piernas empezaban a estar acostumbradas al pedaleo, ya no nos costaba tanto arrancar. Sin embargo, el extremo calor nos hizo parar más de lo imaginable. De fuente a fuente y de bar a bar, casi como al juego de la oca.
Por fin llegamos a la costa, pero lo que parecía un buen objetivo, se convierte en tortura. Los últimos kilómetros interminables sobre las dunas nos atrasaron bastante… hasta legar a Almería ya de noche. 10:00 pm, repusimos fuerzas en la primera gasolinera que nos encontramos y nos pusimos de nuevo en marcha, con rumbo a Félix en el kilómetro 608, donde se encontraban las dos primeras parejas.
Al llegar paramos a comer y descansar algo. Tras saber que la 1ª y 2ª pareja decidieron continuar, estuvimos tentados de no parar a dormir. Tras pensarlo dos veces, sabíamos que nuestro cuerpo y mente necesitarían unas horas de sueño para afrontar la última etapa de esta aventura.
Día 4
Cuarto día, amanecimos en un parking tras 4 horas de “sueño”. Revisamos en el móvil la posición, terceros por pareja. Mientras empacábamos nos adelantó otra pareja, colocándonos en cuarta posición. El planteamiento del día: parar lo mínimo, solo a por agua, e intentar recuperar posiciones. Estrategia que nos funcionó, en esta etapa no perder tiempo fue clave para conseguir finalizar Badlans 2021 terceros por parejas.
Hasta el kilómetro 703 en el pueblo de Cádiar (a 45 kilómetros de meta) no vimos cerca el final. Recorrer la Alpujarra granadina fue un bonito final, no parar a degustar sus famosos jamones, un duro reto. Lo que más necesitábamos era terminar.
En esta edición solo un 40% de los participantes lograron terminar. Una prueba realmente dura, por su desnivel y por las altas temperaturas. No sabemos si nos volveremos a ver… pero sin duda hay que vivir Badlands al menos una vez en la vida.
Nosotros ya hemos cumplido.
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